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Lunes, 03 de Diciembre 2012
Enrique Peña Nieto tomó posesión como nuevo presidente de México y en su primer mensaje a la nación prometió recuperar la paz en un país afectado por la violencia del crimen organizado, combatir la pobreza y fomentar el crecimiento económico.
Luego de la ceremonia en el Congreso en la que juró como presidente para los próximos seis años, enmarcada por los choques entre manifestantes y policías federales en algunas calles, Peña Nieto estableció cinco ejes que guiarán su gobierno y en primer lugar puso “lograr un México en paz”.
La jornada estuvo marcada por choques entre manifestantes y policías y destrozos en comercios y fachadas, que causaron al menos ocho personas heridas.
Las autoridades de Ciudad de México reportaron cuatro manifestantes y cuatro policías heridos, incluido uno en estado delicado tras resultar lesionado en un ojo, durante las protestas que comenzaron en las inmediaciones de la Cámara de Diputados horas antes de que Peña Nieto jurara formalmente como presidente.
El alcalde capitalino, Marcelo Ebrard, dijo que 65 personas fueron detenidas y algunos declararon inicialmente ser “anarquistas”. Cientos de personas, muchos de ellos jóvenes con el rostro cubierto, se acercaron hasta las inmediaciones del Congreso donde las fuerzas de seguridad instalaron vallas metálicas.
Algunos lograron derribar algunas de las vallas mientras lanzaban bombas molotov, petardos y piedras.
En respuesta, policías federales usaron gas lacrimógeno y agua para intentar dispersarlos. Los manifestantes protestaban contra Peña Nieto y su Partido Revolucionario Institucional (PRI), que volvió al poder tras 12 años.
Tras el cambio de mando, los manifestantes se trasladaron al centro histórico donde causaron destrozos y hubo más enfrentamientos. Un grupo rompió los cristales de hoteles, cafés y bancos del centro histórico. Además, la izquierda convocó diversos actos de protesta, en una jornada que calificó de “día negro” para la democracia.
